jueves, 28 de noviembre de 2013

Después de la universidad... ¿Qué?

 Muchos de los que nos encontramos casi a las puertas de finalizar los estudios universitarios nos sentimos a veces asaltados por una sensación de vértigo (en ocasiones paliada por el consuelo de que ahora, como mínimo, deberemos tener tres masters y un doctorado para ser aptos y laborables, por lo que nuestros estudios sin duda se alargarán). De repente pensamos en el vacío existencial que nos aguarda al girar la esquina. Una vez graduados, nos sentimos y se nos considera adultos. Y nos entra el inevitable horror vacui. ¿Hemos hecho la carrera que debíamos? ¿De verdad queremos trabajar aquí toda la vida? ¿Y si lo dejamos todo y nos vamos de mochileros por el mundo?

Así se sienten los jóvenes protagonistas de una de las últimas novelas del americano Jeffrey Eugenides, La trama nupcial (Anagrama, 2013).


Si algo está claro acerca de Jeffrey Eugenides es que al autor no no le gustan los temas banales. Su literatura tiende a lo complejo, oscuro, morboso. En sus obras trata aspectos como el suicidio, el hermafroditismo o la enfermedad mental. Conocido por novelas como Las vírgenes suicidas) o Middlesex, me adentré por primera vez en su mundo con esta intrincada novela.

Gracias o por culpa de su extensión (casi 600 páginas, la novela tiene muchos ejes temáticos. Aparentemente, es una novela de coming of age, que arranca con la graduación de la joven Madeleine Hanna en la prestigiosa universidad de Brown, para seguirla a través de su entrada en el mundo adulto, en el matrimonio, y en las tribuladas relaciones humanas.

En esta primera etapa nos deleitamos con las descripciones de la vida de campus. La acomodada vida de los alumnos de la Ivy League, los elitistas seminarios y fraternidades, y recorremos de mano de Madeleine el enclave de la universidad de Brown en la armoniosa Rhode Island. Madeleine conoce a Leonard, un apuesto e inteligente estudiante, en un curso avanzado de semiótica, y se enamora locamente de él. Avanzamos a trompicones por la historia de su relación amorosa, ya que la acción arranca con una escena in media res, en los momentos previos a la graduación de la promoción de Brown- y pocos días después de que Leonard haya dejado a la protagonista. Conocemos al mismo tiempo a Mitchell, un chico modélico que lleva toda la carrera tratando en vano de lograr el amor de Madeleine. Se nos presentan los conservadores padres de la protagonista. Todo esto en una tan plácida como intensa primera parte.

Pero partir de la graduación la novela toma un cariz muy alejado de la tranquila vida de campus universitario. Leonard es ingresado en un centro psiquiátrico, Madeleine acepta volver al lado del convaleciente y Mitchell se va a la India y a recorrer el mundo en una suerte de año sabático, con la esperanza de encontrarse a sí mismo y de enterrar su desdichada pasión por Madeleine.

La trama nupcial es por ello también una novela sobre el psicoanálisis, sobre la depresión crónica y los males del siglo XXI. Es una obra en la que los protagonistas son antihéroes, pequeños seres desorientados en el mundo que les ha tocado habitar. Enamorados de la idea de estar enamorados que han leído en los libros de otros siglos (de ahí “la trama nupcial”), buscando una religiosidad que los acerque a la beatitud (Mitchell en la India aspirando a ser la madre Teresa).
Y sin embargo, frustrados siempre en sus desesperadas búsquedas.

Eugenides configura un portrait americano, nos muestra las oscuridades del nuevo siglo delicadamente en ocasiones, crudamente en otras. Habla desde la subjetividad que le otorga el uso de una estructura poliédrica- la potente voz de Madeleine se contrapone a la historia de Mitchell, pero también entendemos los sentimientos de Leonard, o vemos a través de los ojos del padre de Madeleine la estampa familiar, tan alejada de lo que habrían imaginado.

En muchos aspectos similar a la magna Libertad de Jonathan Franzen, la novela de Eugenides incurre también en los mismos errores. La extensión es, a mi parecer, excesiva (los puntos destacados de la trama se entenderían igual si tuviera 150 páginas menos) y la historia de la enloquecida persecución del ascetismo por parte de Mitchel, así como algunos de los pasajes de la enfermedad de Leonard, pueden llegar a resultar tediosos.

Pese a ello, La trama nupcial merece una lectura, como mínimo, por parte de los estudiantes de último curso o de los recién graduados. Mientras uno recorre sus 600 páginas no puede dejar de preguntarse que habría hecho de estar en el lugar de los protagonistas, o si, llegado el momento, tomará también las decisiones cruciales equivocadas.