domingo, 29 de diciembre de 2013

"Be patient and strong"

Se acerca fin de año y con el las famosas (y por algunos temidas) listas: los mejores libros de 2013, las mejores películas, los mejores discos… Miramos atrás y recordamos los propósitos, muchas veces lejanos y ya olvidados, que escribimos un año atrás. Yo tengo una cierta tendencia a redactar numerosas listas en papeles que estoy destinada a perder: post-its, recortes de diarios, trozos de hojas en sucio… Así, al final sólo me quedan confusas y mezcladas listas en mi desorganizada cabeza. Cuando a mediados de diciembre empiezan a publicarse estas conocidas enumeraciones me absorbe el agobio, me sobrepasa la cantidad de libros que no he leído este año, películas que me faltan por ver… y me pongo como una loca a hacer de nuevo listas y a comprar libros en una suerte de trance extático, que se van apilando sobre mi mesa.

Sin embargo, quería hablar de los libros que sí he leído este año. También sentía que podía aportar mi granito de arena, crear mi particular top 10 de lecturas, así que hice una lista. La perdí. Luego escribí otra, en una nota del móvil, que me dediqué a retocar cada vez que recordaba otra lectura entrañable, de manera que la enumeración que hay hoy en esa nota probablemente sólo comparta un título con la original que apunté en primer lugar.

Ante esto, he tirado la toalla, al menos por este año, con respecto a lo de hacer mi lista de mejores lecturas de 2013. Y he pensado en hablar en uno, concretamente, de los libros que más he disfrutado este año. Se trata del libro del americano Peter Cameron, Algún día este dolor te será útil, publicado en España por Libros del Asteroide. En la estela de la tradición americana liderada por el archiconocido Holden Caulfield de Salinger, Cameron nos presenta a un joven anti-héroe como protagonista: James Sveck acaba de terminar sus estudios de high school y pese a que ha sido admitido en la prestigiosa universidad de Brown, lo único que desea es quedarse en casa de su abuela leyendo libros, lejos de toda relación social.



A través de sus ojos durante un caluroso verano en Manhattan, donde trabaja en la galería de arte dirigida por su inestable madre, conocemos un nuevo retrato de Nueva York, el del joven desorientado ante la inmensidad de la gran manzana, metáfora del mundo caótico que Sveck tanto teme. Una familia desestructurada, la aspiración a una vida bucólica y el psicoanálisis son algunos de los temas que Cameron aborda con una delicadeza inusitada.
Lo que en mi opinión más caracteriza esta breve novela que toma su título de una cita de Ovidio (“Sé paciente y duro; algún día este dolor te será útil”)  es su ligereza, uno no puede evitar sonreír al leer el sarcasmo de este peculiar joven, y se termina tan rápido que uno no puede evitar imaginar que es de James tras el final de la novela, imaginando las peripecias por las que el protagonista pasará en la siguiente fase de su vida.

Para los perezosos, la novela ha sido adaptada al cine (no he visto todavía la película) y pueden ver el tráiler aquí. Si todavía no saben qué lectura regalar este año que pronto llegará a su fin, Algún día este dolor te será útil es “apta para todos los públicos” (de hecho en Estados Unidos se etiquetó equivocadamente la novela como Children’s & Young Adult’s).
Yo mientras, seguiré leyendo listas de los libros del año, y anotando todo aquello que me falta en otras listas que de nuevo, probablemente, perderé. Así que hagan sus listas, de deseos, de propósitos, y si las hacen de lecturas, incluyan esta. Feliz entrada de año.